Él veía la vida oscura y ella de colores. Ella cada día aportaba un poco de su color, y él de su oscuridad, esa oscuridad llamada rabia, odio y frustración. Cada día, ella se pintaba una capa de color, para ocultar esa oscuridad que él le daba y que cada día se volvía peor. Él era malo para ella y a ella no le importaba, porque, aunque sabía que la oscuridad estaba poco a poco terminando con ella, no hacía nada, solo ocultarlo y callarlo. Cada día esa oscuridad se disimulaba menos, y lentamente terminó acabando con su color. Él había terminado con ella y ella no había hecho nada para impedirlo.

Jorge, 1ºBach

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

*

Skip to toolbar